Ingresar a un torneo no es lo mismo que jugar retas los fines de semana o que jugar con amigos. Hay un juez contando los puntos y decidiendo cuando hay un let o un stroke, es como si el hecho de saber que es una competencia y que nos están midiendo pusiera cierta presión sobre nosotros para que todo lo que hemos aprendido y entrenado salga en esos momentos.
El viernes pasado tuve la oportunidad de participar en un torneo organizado por un club de la ciudad de México. En primer lugar me sorprendió (gratamente, tengo que decirlo) la cantidad de participantes, para ser un viernes en la noche el sitio estaba hasta el tope. En segundo lugar, me gustó muchísimo ver gente de todas las edades.
El nivel y la técnica que vi en algunos juegos de tercera categoría son de esas cosas que te estimulan a seguir jugando a mejorar con cada entrenamiento y en cada partido.
Ya hablando del juego, la presión a veces es más grande de lo que queremos reconocer, vi como mi compañero de entrenamiento y juego, que, hay que decirlo, tiene buena técnica y lleva muchos años practicando squash, simplemente caía derrotado como un principiante, cometiendo TODOS los errores que me critica entre semana, aún cuando entre un set y otro me acercara a recordarle como él dice: “ante la duda, golpea una recta”.
Al final no fue la mejor noche para Fernando, pero creo que el también sacó buenas lecciones del torneo.
Por mi parte, puedo decir que gané 1 de 3 partidos. Lo que lejos de decepcionarme me alegró bastante, no por el resultado final, sino por la calidad de mis contrincantes y sobre todo por cómo me sentí en la cancha. Como alguna vez lo escribí, en el squash cada variable hace que cada juego sea diferente y lejos de poner esas variables como excusas, espero que me sirvan para establecer alguna estrategia para minimizar su cambio. Puedo mencionarles, generalmente juego en canchas de cristal con bola blanca, entre semana de punto verde (y como nos burlamos a veces, bota tan poco que parece de plastilina) y los fines con bolas de punto amarrillo, lo que da mayores oportunidades de golpear.
En el torneo la bola era negra, en teoría de punto verde, sin embargo por la misma cancha, paredes de cemento y duela en el piso, el bote era completamente diferente.
Salía muchos más rápido del frontis y se frenaba en la duela, en la cancha de vidrio se frena en todas las paredes. Por supuesto la mayor diferencia estuvo en el juego de mis oponentes, ellos seguramente están acostumbrados a esta cancha y esta bola, así es que el primer game del primer juego, tuve que acostumbrarme, en el segundo ya fue un poco tarde para empezar a descontar y terminé perdiendo el juego. Para el segundo, ya completamente concentrado, conociendo mejor la cancha y la bola, y aprovechando la velocidad que me da el jugar con una bola lenta entre semana, empecé a ganar puntos. Primer game ganado sin problema. En el segundo, hubo un par de veces que me desconcentré pensando en el marcador, luego sólo pensé en ganar cada punto sin ni siquiera contar. Gané el partido, casi diría fácilmente. El tercer juego, era contra la persona que le gano a mi rival del primer juego, que debo decir le ganó fácilmente. No me preocupé solo entre a jugar.
El primer set fue muy parejo, sin embargo al final fue para mi oponente. El segundo set, me concentré en llegar a cada bola, adelante o atrás, en enviarla a la esquina opuesta de donde estaba mi oponente. El game para mi!.
El tercero, me desconcentro un poco (esto es 50% mental definitivamente) y aunque hago un buen game termino perdiéndolo. Me fui con mucha satisfacción y con algunas lecciones aprendidas.
Nos veremos en el próximo torneo.