En los diferentes partidos del Abierto Mexicano de Raquetas tuve la oportunidad de observar los estilos y la calidad de los jugadores top que participaron. Uno de los muchos aspectos que tengo para resaltar es la fortaleza mental de los participantes, para llegar a ese nivel de juego se debe tener mucho más que buen estado físico y habilidad con la raqueta, pude ver como casi todos los jugadores llegaban conectados a sus reproductores de música, no prestaban atención más que a sus audífonos, a sus pensamientos y me atrevería a pensar que sólo pensaban en el juego que estaba por venir.
Ya dentro de la cancha, vi con cierto desconcierto como las jugadoras del torneo femenino se empujaban, discutían, tenían contactos más allá de lo deportivo, lo que de alguna forma empañó el gran talento que tenían todas (cosa completamente indiscutible).
Los hombres por el contrario, enfocaban cada desacuerdo hacia una decisión hacia los jueces, sin embargo, me pareció notar como algunos jugadores trataban de cortar el ritmo a los partidos, pedir que limpiaran los cristales o la duela en la mitad de un game. Es muy interesante ver como a estos niveles se usan ese tipo de “tácticas” para desconcentrar el oponente, en algunos casos definitivamente funcionan, en otros la experiencia del jugador afectado se impone y el juego vuelve a los terrenos que realmente nos interesan, aquellos donde se impone el mejor squash.
Personalmente y a manera de reflexión he pensado como en muchas ocasiones me encuentro con jugadores que consciente o inconscientemente te intentan (algunos lo consiguen) sacar de concentración en un partido con este tipo de situaciones que cortan el ritmo, estoy seguro que alguna vez se han encontrado con los que salen a tomar agua, te dan “consejos” o cuentan mal los puntos en momentos en que van ganando más de un punto seguido, al final esto es parte del juego y cae precisamente la parte de fortaleza mental, no tengo una solución milagrosa, simplemente traten de mantener la atención en el juego, cada punto es un juego completo y vale por UNO.