Uno de los deportes más completos y saludables que existen, un juego muy entretenido, una actividad que supera el prejuicio de ser “sólo para ricos”: hablamos del squash, un deporte que puede ser para todos.
¿Por qué jugarlo?
Para los niños y las niñas, para los jóvenes y los mayores, para cualquiera que desee mejorar su condición física, porque al practicarlo se mueve todo el cuerpo, se desarrolla la flexibilidad, la velocidad y los reflejos. Se fortalecen las piernas, se levanta tus glúteos, se tonifican los brazos y abdominales. Al ser un deporte que exige velocidad, te obliga a tomar decisiones rápidamente, por lo que tu cerebro también se ejercita.
En una hora de trabajo cardiovascular intenso puedes quemar más de 1.200 calorías, lo que equivale a 3 brownies de 100 gramos aproximadamente.
¿Cómo se juega?
Es un deporte donde 2 jugadores utilizan una raqueta y golpean una pelota de goma haciéndola rebotar en la pared frontal de la cancha. Algunas reglas generales son:
La bola no puede rebotar 2 veces.
No se puede salir de las líneas que delimitan el juego ni tocar el techo o las lámparas.
Si la pelota toca abajo de la línea inferior o chapa se considera mala.
Los cuadrados son para efectuar los servicios, es decir, cuando un jugador va a sacar debe pararse ahí.
Tipos de pelotas:
Pelota de un punto amarillo: para principiantes, se calienta después de los 5 minutos, rebota mucho.
Pelota de dos puntos amarillos: rebota más que la de un punto amarillo.
Pelota de un punto verde: es para avanzados y profesionales, rebotan menos, es más exigente.
Pelota de punto azul o rojo: para niños de 3 a 6 años, también se usa para juegos recreativos y ocasionales.
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Fuente de CyberSquash: Revista MDE ciudad inteligente al 13/10/2015.