El Dr. Raqueta continuando con la serie de personalidad en el Squash ahora nos instruye en una de las características más importantes del jugador, esto es la autoconfianza, la seguridad en si mismo. Cedemos la pluma electrónica a Ernesto Cuevas para que nos ilustre con sus vastos conocimientos.
Construyendo la autoconfianza
Tu confianza está, por mucho, bajo tu propio control. Se positivo y piensa optimistamente para construir confianza. A continuación encontrarás algunos ejemplos de pasos prácticos para mejorar la autoconfianza, los cuales incluyen pensamientos positivos.
La confianza en el Squash se basa en un trabajo arduo. La mayor diferencia entre los mejores jugadores de torneo y el jugador de clubes, está en que el primero ha trabajado más duramente. No solamente en la práctica para la perfección, sino la práctica para tener más confianza. El jugador de fútbol Pelé, por ejemplo, conocía la importancia de las miles de horas de práctica, las cuales le dieron soporte a su genialidad.
Los buenos jugadores son positivos, ya que trabajan con sus deficiencias. Esto no es tan divertido, como lo es el simplemente jugar o practicar los tiros para los cuales eres bueno. Los beneficios para la confianza, al practicar intensamente tus tiros débiles, son magníficos. Si no crees que el esfuerzo valen la pena, ¿Entonces porque te sientes decepcionado y mal, ante tu contrincante; después de perder un partido?
Ya en el partido, inícialo con todo lo que para ti significa el “Ir adelante”: El éxito en el Squash depende del llamado “Momentum o Impulso”. Por lo tanto, no solo golpees la bola para calentarla, como muchos jugadores de Club lo hacen. Practica una variedad de tiros, practica tu profundidad y fíjate en los puntos vulnerables de tu contrincante.
Los jugadores, con frecuencia, se dicen a si mismos cosas como: “No golpees la chapa”, lo cual tiene como resultado el que haya más probabilidad de que esto suceda, de lo que ellos quisieran. Piensa exitosamente y expresa tus pensamientos en términos positivos, para lo que quieres hacer y no expreses, lo que no quieres hacer.
Has tenido lo peor de toda una cadena de decisiones dudosas por parte del árbitro y te dices a ti mismo “Este no es mi día. El arbitro esta en mi contra. Estoy perdiendo mi tiempo aquí. ¿Qué caso tiene el seguir intentando? Aun y cuando seas de los mejores y no tengas mayor dificultad en pensar positivamente, necesitas siempre pensar en tu estrategia mental y hacerlo siguiendo estas reflexiones: “Esto no tiene problema. Sólo necesito ganar un par de puntos. La decisión final es la que importa. Gana el tanto”.
“Tienes recuerdos negativos de alguna cancha o Club en particular y falta de confianza, en consecuencia”. Afronta la perspectiva de superar tus emociones, justo cuando el partido empieza. Una estrategia positiva involucra lo siguiente: “Ok. No me gusto la cancha la última vez que estuve aquí y todo el mundo puede tener un mal día. Tengo un contrincante diferente; por lo tanto es igual para los dos. Y sí yo me quiero decir que soy un buen jugador, seré más capaz de adaptarme a diferentes condiciones y podré concentrarme en las tácticas que esta nueva condición requiera”
Durante un partido largo, probablemente te sentirás muy cansado y lo más fácil será darte por vencido; si haces caso de los siguientes pensamientos: “Estoy cansado. Este contrincante es demasiado bueno para mí; pero yo soy mejor jugador. Gané el primer set, cuando los dos estábamos frescos”. El pensamiento positivo podría ser la diferencia, porque tu contrincante esta tan cansado como tu. Y la estrategia de pensamiento positivo, podría ser: “Estoy un poco cansado; pero el también. No le muestres que te falta el aire. Aparenta estar tranquilo”.
Si estableciste tus objetivos adecuadamente, serás capaz de alcanzarlos. El éxito genera confianza. El fracaso te lleva por la escalera espiral descendente de la ruina y la depresión.
La auto confianza se puede mejorar, imaginándote que te desempeñas exitosamente.
Usa afirmaciones positivas para ti mismo, como: “Tu puedes lograrlo”.
Usa “Altos mentales” para detener tus pensamientos negativos. Ya que una vez que empiezas con los pensamientos negativos, ya no habrá nada que los detenga. “Piensas que ya no tienes oportunidad o que no puedes hacer determinada jugada”. Si te invaden los pensamientos negativos, di; “Alto” de inmediato, a ti mismo; y sustitúyelos por pensamientos positivos.
La perseverancia
Nada en el mundo puede sustituir a la perseverancia. No lo puede el talento; nada hay más común que los fracasados con talento. No lo puede el genio; el genio no retribuido es casi proverbial. La cultura no lo puede. El mundo está lleno de cultos derrotados. La persistencia y la determinación lo puede todo. El lema “sigue adelante” siempre ha resuelto y siempre resolverá los problemas de la raza humana.
Calvin Coolidge
La perseverancia es un secreto. Los ganadores lo saben y están conscientes que es el principal ingrediente para triunfar, en lo que sea. Los fracasados tienden a considerar la perseverancia como una especie de “Ventaja opcional”.
La mayoría de la gente claudica. Por donde mires, no verás más que desertores. La mayor parte de las personas que empiezan a practicar un instrumento musical, deporte, ejercicio, estudios, etc.; claudican. ¿A cuántas personas conoces que tocan “un poquito” el piano o la guitarra? Lo intentaron en una época, pero los resultados se hacían esperar mucho, así que claudicaron y buscaron una actividad más sencilla.
La mayoría de las personas que se inscriben a clases de pintura, claudica. La mayoría de los agentes de seguros, claudica (¡de hecho, noventa y ocho de cada cien claudican en el primer año!). La mayoría de los vendedores de todo tipo, claudica.
Muchos que empiezan la universidad, claudican. Al iniciar el año no cabe un alma en el salón; al final hay sitio para estacionar un trailer. La mayor parte de las personas que empiezan a hacer ejercicio, claudica. Quienes empiezan a escribir libros, claudican.
La mayor parte de los seres humanos son desertores. Ésta es una gran noticia para los que hemos decidido triunfar. Quiere decir que si perseveramos en lo nuestro, en muy poco tiempo habremos rebasado a las multitudes. Como dice el refrán: “Un gran tirador no es más que un tirador mediocre que nunca dejó de practicar”.
Edison realizó miles de inventos, incluyendo la bombilla eléctrica, el gramófono y el cinematógrafo. Su influencia en este planeta ha sido absolutamente formidable. Es muy fácil envidiar su ingenio creativo y pasar por alto su increíble dedicación a sus proyectos. El fue quien señaló: “La genialidad es el uno por ciento de inspiración y un noventa y nueve por ciento de fibra… nunca he hecho nada que valga la pena por accidente, ni ninguno de mis inventos surgió por casualidad. Surgieron del trabajo”.
Miguel Ángel, uno de los mayores pintores y escultores de todos los tiempos, comentó en una ocasión: “Si la gente supiera cuánto me he esforzado para dominar mi oficio, dejaría de parecerles maravilloso”.
La historia está llena de ejemplos de perseverancia. El hombre del pollo - El coronel Sanders - visitó mil nueve restaurantes con su famosa receta, antes de lograr que alguien se interesara en ella. Su ulterior éxito puso en evidencia el valor de la perseverancia kentuckiana.
A los veinte años de edad, Julio Iglesias sufrió un accidente de automóvil que lo dejó inválido de la cintura para abajo. Parecía un hecho que pasaría el resto de su vida en silla de ruedas, pero Julio se negó a aceptar esa posibilidad. Durante dos meses practicó doce horas diarias sólo para poder mover el dedo chiquito del pie. Poco a poco, durante un período de casi dos años, recuperó el uso de sus extremidades inferiores. Arrastrándose con los brazos, recorría una y otra vez – de extremo a extremo – el corredor de la casa de sus padres. Tenía la esperanza de que sus piernas algún día se hicieran a la idea de moverse de nuevo. Instaló espejos a lo largo del corredor, para inspirarse mientras se arrastraba. Finalmente, la misma determinación y compromiso que empleó para reconstruir su capacidad motora, le llevaron el estrellato de la canción universal.
En alguna ocasión habrás visto a alguien desertar: en la cancha de Squash, en un juego de cartas, en los negocios, en las relaciones personales. Desertar no es un gracia, ni dos desertores un grato espectáculo.
El problema es que para muchos claudicar se vuelve un hábito: “Perseveran” en esa actitud. Por favor, ¡No hay que ser uno de ellos!
Hasta aquí por el momento y en nuestra próxima emisión continuaremos con el capitulo “Entrenando la concentración”, en la 9ª. Parte de este articulo.
