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Iniciaremos esta sección con una anécdota de como el Chavo comenzó en esto del deporte, y posteriormente nos explicará lo que no se debe de hacer, es decir, no se recomienda el sobreentrenamiento y mucho más después de un periodo de vigilia deportiva, disfrútenlo tanto como nosotros.

Era el año de 1970 cuando tanto a un servidor, como a Guillermo González (hermano del famoso corredor de talla internacional Sergio González) —como novatos— se nos ocurrió entrenar en el bosque de Aragón. Debido a la hierba tan crecida no podíamos correr ahí. Al siguiente día y muchos días más regresamos con machete en mano y empezamos a abrir una vereda a machetazo limpio, la cual —con el paso de los años— ahora es el circuito de 5 kilómetros alrededor del bosque de Aragón. A eso es a lo que yo llamo abrirse paso, dejar huella y dejar algo para las futuras generaciones.

La práctica deportiva y el sobre entrenamiento

El deportista que entrena en exceso, sin descanso alguno, se pone en riesgo por sobre entrenamiento. ¿Consecuencias? es más propenso a desarrollar lesiones y, en algunos casos, problemas de salud como gripe, cansancio, insomnio, falta de apetito, ánimo inadecuado y disminución del rendimiento deportivo. 

El atleta que se sobre entrena aumenta la carga de adiestramiento creyendo que así mejorará su rendimiento y al hacerlo cae en un círculo vicioso que provoca mayores lesiones, con el consecuente deterioro.

Por lo anterior, es de suma importancia que tanto monitores, entrenadores, atletas y todos los actores involucrados en la práctica deportiva reconozcan los síntomas y los factores de riesgo a que expone el sobre entrenamiento. El objetivo es que al menor síntoma se prevenga y eviten consecuencias que pueden llegar hasta que un atleta con grandes perspectivas cancele su vida deportiva. 

Al detectar sobre entrenamiento, el primer paso es reajustar el adiestramiento, incluyendo un descanso adecuado (los periodos cortos de descanso no mejoran el rendimiento deportivo).

Otro punto importante es minimizar el estrés psicológico, esto es, disminuir la dificultad de concentración, tendencia a olvidar e inestabilidad emocional pasando esta etapa; y con el debido descanso podemos volver a entrenar retornando al programa, previa adecuación, y considerando el estado físico y anímico del atleta. Complementariamente se debe incorporar una dieta adecuada y balanceada.

Como todos sabemos, en los últimos años se han producido cambios muy importantes en los ámbitos culturales, socioeconómicos y desde luego tecnológicos. Paradójicamente, como sociedad, los cambios tecnológicos nos han perjudicado porque al ser más cómodo el transporte ya no caminamos; las máquinas nos facilitan el trabajo y la fuerza física ha caído en desuso; lo que ha repercutido en el aumento del ocio.

El ocio no es malo, pero mal enfocado propicia el sedentarismo; y el escenario puede ser peor si el ocio viene aparejado con una ingesta inadecuada, como lo es la comida fácil y rápida, llena de grasa y conservadores; y si a esto le aunamos el estrés por el estilo de vida de las grandes metrópolis, pues se disparan los factores de riesgo como la hipertensión, el sobrepeso, los trastornos respiratorios y la diabetes. Hay que hacer énfasis en los trastornos cardiovasculares como causa importante de muerte e incapacidad sobre todo en personas de edad avanzada, con lo que, por supuesto, desciende su calidad de vida. Una solución para resolver estos problemas sin causar despilfarro económico a los gobiernos o a las instituciones encargadas de la salud es: el ejercicio físico y recreativo dirigido a la población en general, pero con especial énfasis a las personas de la tercera edad. 

El ejercicio físico y/o recreativo aumenta la capacidad de oxigenación y con ello mejorar la presión arterial, el control del peso corporal, la glucemia, nivel de calcio en los huesos, disminuye la ansiedad y por consiguiente el estrés, mejora el estado de ánimo y con todo esto una calidad de vida superior.